sábado, 25 de octubre de 2008

Asumo y camino


Disperso con un llanto amargo los recuerdos del día que alcancé el infinito. No lo entiendo, pues debería ser algo para celebrar. Ahogo el momento en que mi destino me hizo abandonarlo, tan duro fue como quien entierra a un ser querido y le sucumbe la duda de si el corazón realmente ha dejado de latir, si realmente ha dejado de respirar. Esa duda que llevo presente cada día, si el corazón que me hizo alcanzar el infinito sigue latiendo; y tanto miedo me da una afirmativa como una negativa.

Pero no sirve intentar mantener una esperanza eterna de lo que nadie tiene certeza. Quizá haya un mañana en el que se vuelva a lograr. Escéptico asumo que no y me limito a mirar adelante, a encontrar otro ángel que me dé el infinito sin que sobrepase la piel, para que en otro mañana no deba enterrar los recuerdos de un instante pasado en el que todo fue sublime.

Asumo y camino. Sé lo que busco.

jueves, 2 de octubre de 2008

Lógica para las almas

¿En qué momento se cruza el límite? ¿En qué instante se atraviesa la complicidad? Dudo que no la hubiéramos atravesado antes de que se cruzaran estos dos caminos. Dudo que la eternidad no nos acompañe, sería muy pragmático pensar eso y decirme lo contrario, engañarme, nada es seguro. No es seguro tan siquiera que al final del camino me espere el ángel de la muerte, este camino necesita otro ángel.

Alma errante que atrape ese ángel, sea dichosa por el premio, no sabe lo que gana, pero sabrá lo que pierde si algún día ese ángel se escapa. Algún día entró en mi celda. No me dio tiempo a asimilarlo. No hay lógica para las almas.